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La importancia del calcio para una sonrisa saludable
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La candidiasis oral, o muguet, es la infección fúngica resultante del crecimiento incontrolado del hongo Candida albicans en la cavidad oral y/o la garganta.
Impulsada por ciertas circunstancias como el uso indebido de antibióticos, la inmunodepresión o la diabetes mellitus, la candidiasis oral suele ser responsable de la aparición de una placa blanca en las membranas mucosas de la cavidad oral y/o la garganta, a veces asociada a síntomas como: sensación de ardor en la boca, dolor al masticar y/o tragar, sabor anormal en la boca y falta de percepción del gusto.
Para el diagnóstico de las candidiasis orales, un examen clínico y la anamnesis suelen ser suficientes; sin embargo, a veces es necesario realizar una biopsia de la lesión.
Para su tratamiento suele ser necesario el uso de una terapia farmacológica antifúngica.
La candidiasis, es una infección causada por el hongo Candida albicans, que se caracteriza por lesiones mucocutáneas, fungemia y, a veces, infecciones focales en diferentes lugares, principalmente en la vagina y la boca. Esta última se denomina candidiasis oral, y puede afectar al individuo a cualquier edad, aunque es más frecuente en los niños.
Se reconoce fácilmente porque aparece una placa blanca y manchada en las mucosas de la cavidad bucal, sobre todo en la lengua, que recuerda a la mencionada flor del muguet.
El hongo Candida albicans vive fisiológicamente en las mucosas humanas y desempeña un papel decisivo en la digestión de los azúcares. Cuando está presente en cantidades mínimas y fisiológicas, se considera un elemento de la flora bacteriana, ese grupo de bacterias buenas que protegen las mucosas más delicadas y contribuyen a la perfecta asimilación y fermentación de ciertos nutrientes.
Sin embargo, en algunos casos, el comportamiento de Candida albicans puede cambiar y convertirse en patógeno, atacando las membranas mucosas que suele proteger. Esto puede ocurrir por varias razones, en primer lugar, una bajada temporal de las defensas inmunitarias. Cuando se produce una infección por Candida albicans, los hongos que proliferan ya no se consideran sanos y, en ese caso, si entran en contacto con otra persona, son infecciosos. El contagio en el caso de la cándida oral puede producirse por el intercambio de fluidos, como en un beso, o por compartir utensilios de cocina.
La candidiasis oral surge cuando, por cualquier motivo, fallan los mecanismos de defensa destinados a controlar la proliferación de Candida albicans en la boca y la garganta.
Entre los factores que afectan la eficacia de los mecanismos de defensa encontramos:
Hay que señalar que, aunque ocurre muy raramente, incluso las personas con buena salud que no entran en ninguna de las categorías de riesgo mencionadas pueden desarrollar una candidiasis oral.
Afortunadamente, reconocer la candidiasis oral es muy sencillo ya que presenta síntomas claros y evidentes desde el, habitualmente no es necesario ningún examen específico para diagnosticar la cándida, sino que basta con una revisión con el médico de cabecera, el dentista o el farmacéutico. Solo en los casos en los que se producen continuas recidivas de la candidiasis oral se aconseja seguir un procedimiento de diagnóstico exhaustivo para identificar las causas ocultas, siendo el dentista el profesional más adecuado para realizar esta tarea.
Los síntomas iniciales de la cándida oral consisten principalmente en la alteración del gusto, el enrojecimiento y la presencia de manchas gruesas, blancas y voluminosas en el interior de la boca y la lengua. En los niños y bebés, el fenómeno es mucho más notable, ya que su cavidad bucal se vuelve completamente blanca, como si estuviera cubierta por unas almohadillas que parten de la lengua y se funden en una masa más compacta; mientras que, en los adultos, el síntoma de la candidiasis oral se limita, en la mayoría de los casos, a unas pequeñas placas de color blanquecino o amarillento en forma de úlcera bucal, que no se curan rápidamente.
En ocasiones, pueden aparecer otros síntomas, como el dolor frecuente en las membranas mucosas, que puede ir desde una molestia leve con sensación de picor hasta un ardor intenso con secreción de sangre. A menudo también se presenta una sensación de hinchazón en los labios, la boca y la garganta con problemas para tragar; mientras que rara vez se observa fiebre, sudoración y trastornos intestinales o gastrointestinales.
El tratamiento de la candidiasis oral se basa, en primer lugar, en la terapia farmacológica con antimicóticos, cuyo objetivo es eliminar la colonia de hongos responsable de la infección; en segundo lugar, implica una atención especial a la higiene bucal.
Los fármacos antifúngicos más utilizados en presencia de cándida oral son el fluconazol, el clotrimazol, el miconazol y la nistatina: el primero pertenece a la categoría de los triazoles; el segundo y el tercero son dos derivados de los imidazoles; por último, el cuarto es un antibiótico con propiedades antifúngicas.
Si el fluconazol, el clotrimazol, el miconazol y la nistatina no son eficaces, el tratamiento farmacológico pasa a ser el itraconazol, otro triazol, o la anfotericina B, un macrólido poliénico.
En cuanto a la vía de administración de los fármacos mencionados, esta varía en función de la gravedad de la infección. En el caso de las infecciones leves o moderadas, es por vía oral, a través de cápsulas o comprimidos; en el caso de las infecciones graves, es por vía intravenosa.
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Ver productoLas principales medidas para prevenir la candidiasis oral son:
En el caso de las personas con diabetes mellitus, hay que mantener los niveles de azúcar en sangre bajo control, mediante la dieta, la actividad física y, posiblemente, la medicación.
La candidiasis oral, también conocida como muguet, es una afección que se produce cuando el hongo Candida albicans, microorganismo encontrado de forma habitual en nuestra flora microbiana, prolifera de forma descontrolada. Cualquier persona puede desarrollar una candidiasis oral, pero los bebés, los niños y los ancianos, o las personas con un sistema inmunitario comprometido por enfermedades como el VIH, son más vulnerables.
En los lactantes, el trastorno suele resolverse en pocos días. En adultos por lo demás sanos, la mayoría de los casos de candidiasis oral se resuelven espontáneamente en una o dos semanas sin ningún tratamiento, pero el médico puede prescribir una solución antimicótica para acelerar y promover la curación.
La mayoría de los médicos o dentistas pueden diagnosticar la candidiasis simplemente observando las lesiones, pero si el paciente, el médico o el dentista sospechan de la presencia de otra enfermedad asociada a la candidiasis, es importante realizar un examen objetivo y análisis de sangre para detectar el problema.
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